Y entonces sientes que no sirves para nada.
Que no vales.
Que no eres nadie.
Y entonces sientes que eres inferior
a él,
a ella,
a ellos.. a todos.
Y es ahí cuando te das cuenta de que has vivido de bar en bar
perdiendo monedas noche tras noche
y aún sabiéndolo, vuelves a apostar.
¿El qué?
Qué más da.
Si no me queda nada que guardar.
Idaira me encanta ♥
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