31 diciembre, 2012


Tengo un camino de hormigas que busca tu olor día tras día.
A veces les hablo y les cuento cómo eres
cómo fuiste.
Sonríen al saber que tus ojos me miraban intentando atravesarme,
que tus manos hacían mi cuerpo tuyo y me acariciaban como quien besa por primera vez a su musa.
Qué inocentes,
no saben de tus orgasmos,
de tus susurros,
de tu culo.
No saben de esas veces que venías descalza a mi cama,
te tapabas a mi lado y pegabas los pies a mí
buscando calor.

Nunca quise tanto unas pisadas frías en mis muslos
como cuando estabas aquí.
Unas labios fríos en mi ombligo,
como cuando te desnudabas para mí.
O una voz helada como la que tenías en mi cuello.

Tengo un camino de hormigas que me pregunta por ti día tras día.
A veces les digo que te quise y me querías
que te hice el amor cada noche de mi vida.
Rastrean mi cama y tus huellas
el hueco de tu cabeza en la almohada
y el vacío de la casa
desde que.