20 septiembre, 2011

 Tenías razón, te covertiste en mi todo, amor. Y me hice a la idea de no vivir una vida sin ti. Jugué a un juego que quedaba demasiado grande para mí, y perdí todo antes de apostar.
 ¿Qué me queda, si mi todo ya no está conmigo? Si sigo siendo la misma niña tonta que está tus pies... y no quiere levantarse por miedo a volver a caer. Y no quiero caer, amor, no quiero caer si tú no estás ahí abajo para no hacerme daño.

 ¡Pero de qué hablo!
Si el daño me lo haces tú cada vez que pronuncias mi nombre como si nunca hubiese sido importante para ti.

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