23 diciembre, 2010

Olivia.


Porque hoy estuve pensando.
Sí, eso, exactamente, estuve pensando en ella.
Y me di cuenta
de que no tiene que ser nuestro aniversario,
ni su cumpleaños,
ni un dia de fiesta.
Que no tiene que pedírmelo, ni tiene que haber
ninguna puta razón para expresar lo que siento por ella.
Para decir que ella es la única.
Que no importa cada cuánto la vea
o si cuando la veo está en pijama, o enferma.
O si está apunto de irse y solo son cinco minutos
los que estoy con ella.
Porque hoy estuve pensando.
Si, eso, exactamente, estuve pensando en ella.
Y quiero decir
que nadie la conoce tanto como yo.
Que sé cómo es cuando llora,
cuando ríe, cuando grita de desesperación.
Que sé cómo baila,
porque he bailado con ella.
Porque me saca a bailar aunque yo no quiera.
Que son sus besos, los que necesito para ser yo.
Que son sus gestos, su sonrisa, su puta forma de hacer de cada segundo a su lado una razón más para ser feliz.
Porque eso nadie lo había conseguido nunca.
Porque me encanta que me despierte por la mañana haciendo que suene el teléfono de mi casa.
Porque no me importa ir corriendo hasta donde ella me diga, si está mal o si necesita compañía.
Porque hoy estuve pensando.
Sí, eso, exactamente, estuve pensando en ella.
Y volví a mirar mil veces cada foto suya que tengo.
Y miré hacia el cielo, dando gracias a quien quiera que se encuentre ahí arriba, por hacer que ella apareciera en mi vida.
Porque no son sólo dos años los que llevo queriéndola.
Porque me ha soportado mucho más tiempo.
Y yo a ella.
Porque hoy puedo decir que ella es mi vida
y que sin ella yo no sería como soy ahora.
Que me he encontrado a mí misma.
Que me sé su vida como si yo fuera su diario.
Y ella sabe la mía como una canción que se repite una y otra, y otra vez, en el mismo tocadiscos.
Porque hoy estuve pensando.
Sí, eso, exactamente, estuve pensando en ella.
Y que cada rima, cada verso, ella ya lo conoce
y de nada me sirven.
Pero no me hace falta ninguna puta razón
para escribirle.

1 comentario: