Hagamos un trato,
yo aguantaré tus domingos de resaca y mal humor,
haré café para mí sola
para quemar mis labios de ti.
Nunca te quedarás después de la seis
y no te pediré que vuelvas.
Dejaré mi ventana abierta, y nada más.
Prometo no exigirte un beso de buenas noches
ni de buenos días.
Intentaré no guardar tu foto debajo de mi almohada
ni pedirle a Sabina que vacíe tu cama.
No mataré los monstruos de tu armario
pero tampoco los alimentaré. Que se mueran
escuchando tus orgasmos.
Que mueran de amor.
No llamaré a lo nuestro por el nombre que debería tener
ni escribiré en tu espalda tequieros
que no lleven a nada - prometo que todos irán a tu ombligo.
Hagamos un trato,
yo te entrego todo mi corazón
y no tendrás que cuidarlo - las dos sabemos que no lo harás.
A cambio no te pido nada,
sólo que me duelas,
que muerdas mis ganas
y que no me desnudes
si vas a vestirme después.
Precioso es poco, dios increíble tus palabras.
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